Ámbitos en Red
Dr. Ramón Reig
Universidad de Sevilla
Con este número, el 22, correspondiente a 2013, Ámbitos. Revista Internacional de Comunicación, se traslada a formato digital. El trabajo desinteresado del Dr. David Polo Serrano, profesor del Centro Andaluz de Estudios Empresariales (CEADE) lo ha hecho posible, junto al apoyo de quienes impulsamos esta publicación. Se trata de su tercera etapa como revista científica española en estudios específicos de Comunicación con especial sensibilidad hacia la Periodística, una ciencia relativamente joven que procura indagar en las circunstancias actuales del periodismo. La primera etapa de Ámbitos se prolonga desde 1998, año de su creación, hasta 2005. En 1998 apareció el primer número de una publicación que lanzó el Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación (www.grupo.us.es/grehcco) que, dirigido por quien suscribe estas líneas, se había fundado un año antes. Con apoyo de diversas instituciones públicas y privadas (Grupo Auna-Supercable, Junta de Andalucía, etc.) inauguró no sólo la que iba a ser primera revista en su especialidad de una universidad del sur de España (la Universidad de Sevilla) sino que, al mismo tiempo, lanzó una colección de libros con temas monográficos sobre Comunicación y Periodismo a la que llamaría “Ámbitos para la Comunicación”, que actualmente ha alcanzado la media docena de títulos.
La segunda etapa de Ámbitos se prolonga desde 2005 a 2013. En el primero de estos años la revista pasa a depender del Departamento de Periodismo II de la Universidad de Sevilla y se consolida como una de las seis o siete primeras revistas españolas en su género. En 2010, In-Recs nos situaba en el séptimo lugar de su índice de impacto. Tras un bajón considerable en 2011, los últimos datos que hemos recibido en 2013 desde Google Académico nos sitúan en el tercer cuartil internacional de revistas en Comunicación. El dato es especialmente significativo por cuanto nunca nos hemos “obsesionado” con este tema. No obstante, la fiebre jotacerrista es tan alta en el mundo científico español que nos vemos obligados a sentirnos pragmáticamente satisfechos en nuestra búsqueda del “Santo Grial” de la ciencia, siendo conscientes, como somos, de que, seamos sinceros, estar más o menos arriba no significa ser mejor o peor, significa sencillamente disponer de medios suficientes y de personas con tiempo para dedicar a las exigencias a veces formales que el ¨éxito” reclama.
En este sentido queremos llamar la atención sobre el entreguismo científico que la investigación en Comunicación en España está llevando a cabo en los últimos años, en pro de los estilos de otras áreas de conocimiento con la que se nos ha mezclado así como con directrices internacionales anglosajonas cuando tanto en Historia de la Comunicación como en Estructura de la Información o en Análisis Estructural e Ideológico del Mensaje –las tres subáreas de conocimiento que dieron lugar a Ámbitos- poco o nada tenemos que envidiar a nadie en cuanto a estudios e investigaciones se refiere. Pero una extraña corriente nos lleva sin que podamos hacer mucho, por ahora. Cuando Ámbitos salió por primera vez a la luz pública, en sus normas de estilo se le ofrecía libertad en el sistema de citas al investigador aunque se le recomendaba el estilo español de notas a pie de página. Se consideraba que la forma en que un investigador fundamenta su trabajo es parte de la investigación misma. Ahora ese requisito no sólo es impensable sino que se ha implantado el “sistema Harvard” y, lo que es peor, los investigadores españoles más jóvenes lo ven de lo más normal y lo asumen con escasísimos recelos, demostrando que existe poco espíritu crítico donde debería darse.
Por el contrario, estamos ante una dinámica paroxística de publicar y publicar con urgencia suma para que la Autoridad correspondiente nos bendiga. Nos inquieta la escasez de firmas de investigadores consagrados (por fortuna en Ámbitos aún están bien presentes) y, más aún, la proliferación y la angustia de colegas que van de acá para allá (de congreso en congreso, de revista en revista) cuando las prisas en ciencia no son buenas, mientras que las referencias científicas más notorias y célebres se han vuelto casi invisibles aunque siguen aportándonos autoridad y sabiduría con sus libros pero, oh, un artículo de una revista indexada alcanza mayor valor en la bolsa de la ciencia que todo un libro sistematizado, fruto del trabajo de muchos años. ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué está ocurriendo? ¿Llegará a ser catedrático en Comunicación alguien que sólo tenga en su curriculum artículos “importantes” e indexados? ¿El deseo oficial de exigir producción científica –retirando a su vez partidas presupuestarias para tal fin- va a ofrecer un resultado contrario, debido a los apremios irracionales, incompatibles con el sosiego que la buena investigación exige?
En este contexto inicia Ámbitos su tercera etapa en 2013, esta vez en versión digital. El papel va siendo poco a poco algo testimonial, una especie de artículo de lujo. Lanzar una tirada de 500 ejemplares en papel de Ámbitos nos costaba unos 5.000 euros más los gastos de promoción y distribución (sueldos o conceptos parecidos los desconocíamos y los desconocemos). Ahora, la versión en Red supone el precio del sitio, unos 200 euros al año y además cualquier persona del planeta y de fuera de él con acceso a la Red de redes puede ojearte, hojearte y leerte, si bien toda la colección de Ámbitos se ha publicado en pdf a disposición de quien lo desee, de forma gratuita en www.grupo.us.es/grehcco.
Nos movemos, existimos y pensamos consolidarnos mucho más sin que eso signifique que lo vayamos a hacer de forma absolutamente resignada. Las ciencias sociales están para cuestionarlo todo, absolutamente todo, empezando por la forma en que nos damos a conocer a la opinión pública en general y a la comunidad científica en particular. Ámbitos piensa ser beligerante, tanto a través de sus nuevas secciones como por medio de los textos científicos que desde ahora en adelante edite.
Ramón Reig
Director