Reseñas / Número 22
En el número 22 de Ámbitos. Revista Internacional de Comunicación,
les ofrecemos las siguientes reseñas:
1. La comunicación: de los orígenes a Internet
2. El deporte como proyección mediática de cultura
3. Apuesta transversal por la enseñanza de competencias mediáticas
4. Políticos, periodistas y públicos ante el terrorismo
5. La columna: en la encrucijada de un género plural
7. La evolución de la representación icónica en el paso del tiempo
8. Comunicación y cultura de paz: el empoderamiento a través de la conciencia
LA COMUNICACIÓN: DE LOS ORÍGENES A INTERNET
Moragas, Miquel de (ed.) (2012): La comunicación: de los orígenes a Internet, Barcelona, Gedisa, 224 pp.
El libro viene avalado por haber logrado el V Premio Fundación Privada Catalunya Literària 2012 pero es evidente que hay que observar dos factores. El primero es que sus autores ya no necesitan a estas alturas de sus obras y de sus vidas aval alguno. El segundo se deriva del nombre de tales autores y se concreta en preguntarse qué jurado de un premio en el que se solicita una interpretación de la sociedad de la comunicación, la cultura y las nuevas tecnologías desde una perspectiva humanística y desde las ciencias sociales, puede dudar mucho si conceder o no el premio en cuestión a una obra firmada por el editor más Ashley Beale, Peter Dahlgren, Umberto Eco, Tecumseh Fitch, Urs Gasser y Joan Majó.
Hubiera sido deseable que en el interior del libro se hubieran constatado los nombres de las personas que conformaron el jurado que falló el premio pero tan sólo se expresa: “La presente obra fue galardonada con el V Premio de ensayo humanístico de la Fundación Catalunya Literària, Biblioteca Divulgare”, para a continuación añadir un pequeño texto promocional del galardón.
Bien, no es tampoco tan relevante porque el libro es muy procedente con premio y sin él. El lector tiene ante sí un conjunto de ensayos, sistematizados por el profesor De Moragas, en los que va a encontrar descripción, interpretación y erudición a un tiempo (incluyendo al capítulo más “técnico”, el de Joan Majó que desarrolla una reflexión sincrónica sobre la convergencia tecnológica), con un lenguaje muy asequible y en pocas páginas, algo muy necesario en estos tiempos de “infoxicación”, uno de los problemas de la comunidad electrónica actual, como indica Umberto Eco en su capítulo, al que se une otro, la soledad, si bien Eco no utiliza el concepto infoxicación que se le suele atribuir al profesor Alfons Cornella.
Moragas recoge como aspecto común que “los distintos autores coinciden en rechazar posiciones deterministas en las relaciones entre comunicación, tecnologías y beneficios sociales, pero también rechazan las posiciones que ignoran los grandes cambios que estas relaciones significan para las mencionadas áreas de la cultura, la economía, la política y la educación, porque la comunicación aparece como un fenómeno transversal que afecta a todos estos sectores”.
Puesto que los autores, cuando afirman o insinúan lo anterior, no suelen dar nombres de esos “apocalípticos” que no están integrados conscientemente en la importancia del fenómeno, nos preguntamos a quién o quiénes se refieren puesto que, en el mundo académico, en su generalidad, y salvo alguien que haya perdido el norte y todos los puntos cardinales, nadie con notoriedad académica niega o duda sobre la relevancia del asunto que nos ocupa y sobre la indudable necesidad e importancia de las nuevas tecnologías, de la sociedad Red y de toda la ciberliturgia existente sobre el hecho.
Lo que se investiga ahora es un aspecto que los autores del libro que reseñamos o pasan por alto o lo abordan de puntillas o entre líneas. Se trata del uso de los nuevos medios para “fabricar” consumidores, para “educar” a la sociedad hacia el mercado. Se trata de la vigilancia que los nuevos medios derivados de la sociedad Red sufren desde hace tiempo desde las esferas del poder. En enero de 2013 los medios de comunicación se hacían eco de cómo los gobiernos solicitaban a Twitter, cada vez en mayor medida, datos sobre algunos usuarios. Y el que más solicitaba esos datos era el gobierno de los Estados Unidos. No hay en el libro capítulo alguno que se centre en este problema (ni en este ni en el de la censura en YouTube) como tampoco hay otro que monográficamente aborde el significado profundo de Internet, eso hay que verlo a lo largo de todo el texto.
Ahora bien, lo anterior no quiere decir que no recomendemos el libro. Cuando autores como los citados se sientan a escribir, aunque lo hagan casi de memoria, como da la impresión que sucede en el capítulo de Eco sobre el libro “tradicional” e Internet, hay que leer el fruto de sus reflexiones. Sobre todo recomendamos el capítulo de Urs Gasser. Aborda un aspecto esencial que debe ser mucho más investigado en nuestros días: el comportamiento del llamado nativo digital. Ese comportamiento trae de cabeza a las empresas de la comunicación para lograr eso que denominan nuevos modelos de negocio. El nativo digital es a un tiempo anárquico y previsible. No se trata de esa generación de receptores que acudía (o acude) siempre a las mismas fuentes de información y entonces los empresarios los “venden” en masa a los anunciantes. Ahora, como afirma Gasser, tenemos a un ciudadano joven que “picotea” de un lugar y de otro, lo mismo de una web (hoy una, mañana otra u otras) que de un enlace que le envíe un amigo o cualquier persona. Eso sí, Gasser indica además que se está dando una minoría que desea una profundización mayor y que tenemos el reto de comprender todo esto para llevarlo a las aulas de los colegios y de la enseñanza secundaria.
Gasser tiene razón, sin duda, porque, no estudiar el hecho y no hacerlo ante sus protagonistas y con sus protagonistas nos puede conducir a lo que Dahlgren llama “mini esferas públicas” (las redes, etc.) aisladas de la gran realidad macro-estructural y del flujo discursivo de la sociedad política.
Moragas se centra en los aspectos culturales, como viene haciendo últimamente, dejando claro que lo cultural va más allá de las artes y la literatura. Se refiere, como tantos otros de sus colegas de línea de trabajo, al enfoque antropológico o al menos esa impresión nos da. Claro, seguimos con el peligro de la cultura dominante y en este sentido Beale nos muestra algunos apuntes –muy generales- sobre el sistema de medios y las industrias culturales. Por cierto que en su capítulo podemos observar que en España existe una lectura de libros (en 2011) de 1,87 libros por cada 1.000 habitantes. Por tanto, España, según los datos aportados, se sitúa por detrás sólo de Suecia (3,63 y 34.320 títulos/año) Reino Unido (3,32 y 206.000), EEUU (2,76 y 172.000) y Finlandia (2,53 y 13.656). España edita al año 86.300 títulos diferentes.
La mayor parte de las traducciones se concretan desde el inglés a otros idiomas y no al revés, lo cual nos da una idea de la preeminencia cultural. A ello hay que añadir la procedencia del cine más visto (aunque India ya produzca más mensajes en este sector que los mismos EEUU) y otras industrias culturales.
En suma, una obra sintética, fácil de leer, rigurosa, con autores de sobrada garantía y por eso muy recomendable a todos los públicos. [subir]
Rosalba Mancinas Chávez
Universidad de Sevilla
EL DEPORTE COMO PROYECCIÓN MEDIÁTICA DE CULTURA
Martín Montín, Joaquín (Coord.): Deporte, comunicación y cultura. Sevilla: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones, 2012, 248 pp.
La proyección mediática del deporte y su poderosa dimensión comunicativa están ligadas históricamente a la transmisión de cultura. Los vestigios primitivos de la práctica deportiva se remontan a las primeras civilizaciones. No obstante, resulta innegable la notoriedad y repercusión que los medios de comunicación de masas han conferido al deporte. Tanto es así que en España, por ejemplo, no es posible desligar los contenidos futbolísticos del desarrollo de la radio. De igual modo, el periódico más leído es desde hace décadas un medio especializado deportivo, y en Internet los portales deportivos ocupan lugares muy destacados en los índices de visitas. También tenemos múltiples ejemplos del peso que posee el deporte para la televisión, su medio estrella. Sirva como muestra la compra de los derechos de transmisión del Mundial de Fútbol Alemania 2006 por el grupo Mediapro como potente gancho promocional para su entonces nueva apuesta televisiva: La Sexta. Estos ejemplos vienen a refrendar el planteamiento expuesto en la nueva obra coordinada por Joaquín Marín: la interrelación existente entre deporte, comunicación y cultura. Para analizar estos vínculos, la obra utiliza diferentes perspectivas, combinando así el ámbito científico del deporte con el de la Comunicación a través de la reflexión crítica.
Desde esta visión académica pluridisciplinar, el libro analiza la actividad deportiva desde los medios tradicionales (prensa, radio y televisión), pero también desde otras manifestaciones culturales y de ocio, como el cine, los juegos de rol o los videojuegos. La obra es la compilación de once trabajos elaborados por periodistas deportivos, docentes e investigadores procedentes de Brasil, Portugal y España. Para mantener fiel el espíritu de cada estudio, los textos se presentan en su idioma original, ya sea español o portugués.
Estructurada en dos grandes bloques, la publicación dedica una primera parte a los trabajos que analizan el fenómeno deportivo desde la fundamentación científica mediática. Bajo el epígrafe “Deporte, medios y comunicación”, encontramos cinco trabajos que van desde la presentación de un panorama general sobre el estudio histórico del deporte y los medios (Francisco Pinheiro, Capítulo primero) hasta los estudios de caso más particulares, como la cobertura mediática de la participación de una gimnasta brasileña en los Juegos Olímpicos de Atenas (Capítulo quinto). En el capítulo segundo, los periodistas Eduardo Gil e Hilario Romero analizan la radio deportiva española más reciente. Denuncian la preeminencia de la espectacularidad y el sensacionalismo, y la carencia de contraste de las informaciones. Todo ello, provocado por la pertenencia de las emisoras de radio a grupos empresariales más preocupados por la rentabilidad que por la responsabilidad social del periodismo. También en el ámbito de la radio, la profesora brasileña Marli Hatje y el periodista Anderson Carpe analizan las figuras lingüísticas como recurso para el enriquecimiento de las transmisiones radiofónicas de fútbol en Brasil (Capítulo tercero). Como punto singular en este trabajo, observamos la aportación del investigador Carlos Parra en el capítulo cuarto. Su investigación se centra en la novedosa práctica de actividades deportivas en el medio natural y en la necesidad de herramientas de comunicación que popularicen esta nueva cultura de ocupación del ocio.
El segundo bloque (“Deporte, ocio y cultura”) comprende seis estudios que analizan otros aspectos del fenómeno deportivo. En el sexto capítulo, el profesor Manuel Ángel Vázquez Medel examina los tipos de relaciones que se establecen entre el deporte, el ocio y la cultura a través de la teoría del emplazamiento. En el capítulo séptimo, la investigadora Mª Ángeles Martínez nos presenta el deporte como un ámbito idóneo para la creación de héroes. Explora, por tanto, la función social del mito, su evolución y su adecuación a la esfera deportiva dada la importancia del componente simbólico y emocional en su proyección pública. El capítulo siguiente, a cargo de Marina Ramos, hace referencia a las últimas tendencias de los videojuegos de temática deportiva. También en el ámbito del ocio, el profesor Francisco Perales nos ofrece una recopilación de las múltiples producciones cinematográficas que han tenido como tema central alguna disciplina deportiva. Tanto deportes de masas (fútbol, baloncesto, automovilismo), como minoritarios (ajedrez o billar). De igual modo, el cine vuelve a ser objeto de estudio en el capítulo décimo. Allyson Carvalho y el propio Joaquín Marín estudian la representación del deporte en el contexto cinematográfico español de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Finalmente, en el undécimo capítulo, el investigador Antonio Roda reflexiona sobre las conexiones entre las actividades deportivas y los juegos de rol.
Este libro retoma la línea de investigación propuesta por el autor en obras anteriores como Comunicación y deporte. Nuevas perspectivas de análisis (2004) e Imagen, comunicación y deporte. Una aproximación teórica (2009). Ambos trabajos, coordinados por Joaquín Marín, incorporaban ya a algunos de los autores que participan en esta nueva publicación. Es el caso del catedrático Manuel Ángel Vázquez Medel o del periodista deportivo Eduardo Gil. Sin embargo, con respecto a esas dos obras anteriores, se observan algunas diferencias. Dado el marcado carácter internacional de la nueva obra, se han primado estudios de caso procedentes de otros contextos geográficos. Así mismo, se ha renunciado a la inclusión de textos relativos a la teórica de los géneros periodísticos o de la fotografía deportiva. También áreas de estudio recurrentes en las obras de 2004 y 2009, como la publicidad, el marketing, el protocolo o el patrocinio, no han sido incluidas en este análisis. En Imagen, comunicación y deporte, se hacía especial mención (hasta en dos capítulos distintos) al sensacionalismo en la comunicación deportiva, mientras que en esta nueva obra esa cuestión se puede llegar a considerar más un asunto transversal que una temática específica. En conjunto, estas tres obras vienen a rellenar el vacío científico existente en el estudio de la traslación mediática del fenómeno deportivo como manifestación cultural.
El aire holístico y la mirada crítica de esta obra recuerdan al número 69 de la Revista científica Razón y Palabra. Bajo el título “Deporte, cultura y comunicación”, la publicación dedicaba sus páginas, ya en septiembre de 2009, a más de sesenta trabajos de investigadores en comunicación que reflexionaban sobre la dimensión social del deporte. Las palabras de José Samuel Martínez López en el dossier de presentación de la revista bien pueden servir para comprender la motivación de la obra de Joaquín Marín: “Por su impacto cultural y lo extenso de su influencia, por su omnipresencia mediática y los imaginarios tecno-corporales que vehicula, por su relevancia económica y por su rentabilidad política, el deporte, no cabe duda, es hoy un ámbito clave de la vida social contemporánea”. [subir]
Antonia Isabel Nogales Bocio
Universidad de Sevilla
APUESTA TRANSVERSAL POR LA ENSEÑANZA DE COMPETENCIAS MEDIÁTICAS
Comunicar: Revista Científica Iberoamericana de Comunicación y Educación: Currículum y formación de profesores en educación en medios. Andalucía (España), nº 39; vol. XX; época II. 1º Semestre, Octubre de 2012. ISSN: 1134-3478.
El número 39 de la Revista Internacional Comunicar es un reflejo explícito de la doble vertiente de investigación que motiva a esta publicación desde sus orígenes: el ámbito educativo y el campo de la comunicación. En esta ocasión, la revista dedica sus páginas a cuestiones transversales para la educación en medios a lo largo de veinte artículos procedentes de Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá, Egipto, Finlandia, España y Portugal.
En su primer bloque de investigaciones, el “Dossier”, encontramos interesantes trabajos acerca de la proyección didáctica de la alfabetización mediática para fomentar la conciencia crítica y la participación activa, así como acerca de las pautas para el empoderamiento infantil a través de los medios. También en esta línea, se incluyen artículos sobre planteamientos metodológicos para una lectura crítica de los medios de comunicación o propuestas para la alfabetización fílmica en el contexto europeo. De igual modo, se aborda la necesidad de la evolución conceptual de las competencias digitales a las competencias mediáticas, mucho más pertinentes dada la evolución social actual. La educación mediática en áreas como Sudáfrica, Egipto, Finlandia, India, Argentina y Kenia ha sido también objeto de estudio.
En las páginas de la sección “Caleidoscopio”, podemos encontrar otros artículos que versan sobre alfabetización hipermedia y uso de herramientas digitales. No obstante, están presentes también cuestiones tan diversas como la recepción diferenciada de la ficción televisiva, el uso de las bibliotecas digitales, las técnicas de evaluación en aulas virtuales, o el consumo de noticias por parte de los jóvenes en la era digital. De igual modo, y completando esta amplia perspectiva de conjunto, podemos ver trabajos sobre la proyección de formatos televisivos de éxito o sobre el consumo de alimentos entre los estudiantes y su relación con la publicidad.
Este número de la revista iberoamericana destaca la existencia del Proyecto I+D+i desarrollado desde 2010 por el Ministerio de Economía y Competitividad (www.competenciamediatica.es). El objetivo marcado en él es perfilar una conceptualización integral del término de “competencia audiovisual” en el entorno digital, y proyectarlo en diferentes ámbitos de intervención: el sistema educativo, los medios de comunicación, las universidades. No obstante, el problema, como constata el editor de Comunicar José Ignacio Aguaded, es que “rara vez se evalúan las competencias en comunicación audiovisual porque estas escasamente se enseñan de forma planificada, y a su vez, probablemente no se enseñan porque, al no evaluarse, no hay conciencia de las deficiencias que existen en este ámbito”. Para combatir ese grave déficit educomunicativo, publicaciones como esta se centran en la investigación en torno a la formación mediática y el currículum de los docentes.
El Grupo Comunicar está formado por profesores y periodistas de Andalucía (España), que desde 1988 se dedican a la investigación, la edición de materiales didácticos y la formación de profesores, niños, jóvenes, y público en general en el uso crítico de los medios de comunicación. [subir]
Antonia Isabel Nogales Bocio
Universidad de Sevilla
POLÍTICOS, PERIODISTAS Y PÚBLICOS ANTE EL TERRORISMO
Cuesta, Ubaldo; Canel, Mª José; Gurrionero, Mario (Eds.): Comunicación y terrorismo. Madrid: Editorial Tecnos, 2012, 348 pp.
Numerosos autores sostienen que los actos terroristas persiguen ante todo una finalidad comunicativa. A este respecto, Marshall McLuhan ha llegado a afirmar que “sin comunicación no habría terrorismo”, y Umberto Eco señala que: “el terrorismo es un fenómeno de nuestra época, de la época de los medios de comunicación de masas. Si no hubiera medios masivos, no se producirían estos actos destinados a ser noticia” (RODRIGO ALSINA, 1991:27). La múltiple controversia de la dimensión comunicativa del terrorismo es el tema que aborda el último libro de la colección “Ciencia Política” de la editorial Tecnos. Los investigadores Ubaldo Cuesta, Mª José Canel y Mario Gurrionero editan esta obra en la que participan más de una veintena de autores. Los capítulos que la integran profundizan en un análisis del terrorismo en el marco del sistema de comunicación social que permite estudiar sus códigos y su visión mítica de combate político. La obra se articula a través de una perspectiva triangular para poder analizar y contrastar las percepciones de políticos, periodistas y ciudadanos en relación a la comunicación sobre el terrorismo. Esa es la principal innovación que representa con respecto al conjunto ya amplio de bibliografía que existe sobre el tema.
Este planteamiento tripartito de la investigación es lo que guía la estructura del libro. De manera que podemos encontrar un primer bloque dedicado a la comunicación de los Gobiernos y partidos políticos en relación al terrorismo, poniendo especial atención a Estados Unidos, Reino Unido y España. Encontramos aquí dos capítulos que analizan los atentados de mayor repercusión hasta el momento cometidos contra población civil en Estados Unidos y Europa Occidental: Nueva York en 2001, Madrid en 2004 y Londres en 2005. Se analiza pues desde el enfoque metodológico de la Teoría del Framing y también a través del análisis comparativo contextual. Por último, encontramos una interesante propuesta para el análisis de la eficacia de la comunicación estratégica gubernamental.
El segundo bloque se centra en los medios de comunicación en sí, en la cobertura que estos hacen de los acontecimientos terroristas y en los propios mensajes mediáticos. Así pues, hallamos de nuevo propuestas de investigación sobre Framing (aunque esta vez desde la vertiente netamente periodística), ejemplos de análisis de contenido textual y fotográfico, y también reflexiones de los propios informadores al respecto de sus actitudes profesionales en la cobertura del terrorismo.
Finalmente, el bloque tercero se enfoca hacia el análisis del impacto de la información sobre actos terroristas en la opinión pública. En este apartado se abordan de forma exhaustiva los efectos, discursos y percepciones de los ciudadanos, así como el procesamiento de las informaciones y la eficacia que han logrado en el público las estrategias de comunicación del gobierno español frente al terrorismo.
El principal objetivo de la obra es ahondar en las interacciones que se producen entre periodistas, representantes del poder político y ciudadanía ante episodios terroristas, siendo el presupuesto fundamental que esa articulación reside y se manifiesta en la comunicación. En estas páginas es posible, en palabras de sus autores, “observar la tensión del político cuando tiene que responder a un atentado, la incertidumbre y el trauma de los periodistas que lo cubren y el escepticismo de los ciudadanos que asisten como espectadores”. [subir]
Antonia Isabel Nogales Bocio
Universidad de Sevilla
LA COLUMNA: EN LA ENCRUCIJADA DE UN GÉNERO PLURAL
López Hidalgo, Antonio: La columna. Periodismo y literatura en un género plural. Zamora: Comunicación Social, 2012, 210 págs.
La columna es un género de opinión tan libre, que la tarea de teorizar sobre este texto periodístico, sobre su estilo y su estructura, exige un detallado estudio teórico y un minucioso trabajo de revisión de casos concretos, que recoja la amplitud de parámetros formales y estilísticos que este género puede adoptar. Razonadora o falaz, orientadora o enigmática, analítica o pasional, enjuiciativa o narrativa, pero siempre valorativa y subjetiva, la columna de opinión es un género plural, donde la actualidad convive con la ficción, los sueños, la vida cotidiana y el mundo interior del autor.
Con La columna. Periodismo y literatura en un género plural, Antonio López Hidalgo pretende abordar esta realidad tan heterogénea desde una perspectiva integradora. Por ello, el autor elabora un estudio exhaustivo en el que revisa las teorías más representativas sobre la columna, las monografías publicadas hasta la fecha y los estudios parciales acerca de este género.
El propio López Hidalgo ya mostró interés por este género en 1996, al adentrarse en los entresijos de estos textos en el libro Las columnas del periódico, su trabajo de investigación previo a la tesis doctoral. En esta monografía, el autor refleja que, más allá de los rasgos estilísticos y formales, el columnismo es también un fenómeno social, en el que convergen circunstancias tan variopintas como el privilegio de la intimidad, el insulto, el aplauso, el enfrentamiento, las elevadas nóminas y las disputas entre medios por algunas firmas, por su poder de convocatoria.
También en ese año Fernando López Pan, profesor de la Universidad de Navarra, publica un estudio monográfico sobre la columna periodística, La columna periodística, teoría y práctica: el caso de Hilo Directo, en el que destaca el papel del ethos retórico como elemento persuasivo y donde analiza las columnas que Pilar Urbano publicadas bajo el epígrafe “Hilo directo”. En ese año, otros dos estudios sobre géneros completan la bibliografía básica sobre la columna como género autónomo, el libro El artículo periodístico, de Teodoro León Gross, y Periodismo y Argumentación, de Emy Armañanzas y Javier Díaz Noci.
Desde la publicación de estos estudios han transcurrido dieciséis años, un amplio margen de tiempo en el que mucho han cambiado los medios de comunicación y el contexto en el que desarrollan su actividad. Pese a que en este periodo la columna ha sido incluida en la mayoría de los tratados sobre géneros periodísticos de opinión, los cambios operados en el panorama de medios demandan una revisión crítica y una actualización de las principales teorías en torno a los géneros periodísticos.
Esta es, precisamente, una de las grandes aportaciones de La columna. Periodismo y literatura en un género plural, un estudio integrador, que contempla nuevas variables asociadas, inexcusablemente, al paso del tiempo, como la incidencia de las nuevas tecnologías, el periodismo digital, la blogosfera ó el cambio en las rutinas del trabajo periodístico, impulsado en gran medida por la digitalización de los sistemas, la tecnologización de la información, los nuevos hábitos de los consumidores y la cambiante demanda de información, y la crisis económica, que afectado de lleno a la profesión periodística. Todas estas circunstancias han influido no sólo en la frecuencia y la periodicidad de este género, sino también en su estilo y en otros elementos paralingüísticos y contextuales, como el declive del columnismo. Así, López Hidalgo recuerda que “también los columnistas han sucumbido a la crisis con la nostalgia de que también otros tiempos fueron mejores” Y añade: “Efectivamente, los columnistas estaban bien pagados y bien vistos. Con la caída de ventas de la prensa escrita, los columnistas han vuelto a pisar el barro de los ciudadanos mal pagados”.
Por otro lado, esta nueva aportación al conocimiento de la columna como género periodístico contempla la vinculación de este género con otros textos periodísticos de opinión con los que mantiene una relación de parentesco o concomitancias en la bibliografía existente, aunque no siempre bien justificadas. En este sentido, López Hidalgo realiza un importante esfuerzo de revisión de la bibliografía existente para determinar, en primer lugar, las vinculaciones que se han establecido y las causas que las han propiciado y, por otro, para delimitar el concepto de columna como género de opinión y diferenciarla de los géneros con los que tradicionalmente ha sido asociada, como el ensayo, el análisis y el comentario, pero sobre todo con el artículo. Mientras e articulista persigue establecer una tesis y defender o atacar una posición, el columnista pretende dar a conocer sus opiniones personales en torno a un acontecimiento específico, y esta peculiaridad determina las formas del discurso.
Precisamente, tanto en el primer capítulo del libro, bajo el título “El origen del columnismo en España y los primeros estudios sobre el género”, como en el segundo, “Diferencias y analogías entre la columna y otros géneros de opinión”, el autor rastrea minuciosamente el material bibliográfico disponible para subrayar las principales aportaciones al género y perfilar sus orígenes, que estrictamente se remontan a la prensa norteamericana del último cuarto del siglo XIX. No obstante, López Hidalgo no quiere obviar el papel tan destacado que ha desempeñado el periodismo español en la configuración del género tal y como hoy lo entendemos, al menos en lo que se refiere a la columna personal. Por eso reivindica la influencia de autores tan representativos como César González-Ruano, Larra, Mesonero Romanos o Mariano de Cavia, y el prestigio proporcionado por la prensa democrática a partir de 1975, por lo que no duda en afirmar que con la Transición el género “renace”.
Otros cinco capítulos completan este libro. En el tercero, “Retórica de la columna periodística”, López Hidalgo analiza la posibilidad de estudiar la columna periodística desde la perspectiva de la nueva retórica y, en línea con el planteamiento de Bernardino J. Gómez Calderón, concluye que las distintas propuestas en este sentido resultan insuficientes para explicar todo el proceso de codificación de este género periodístico, por lo que recoge el testigo de este autor al apostar por un modelo de análisis que contemple la intellectio, la inventio, la elocutio y la dispositio, que contempla los elementos paralingüísticos de la columna.
En el capítulo 4, “El «yo» del columnista y la empatía con el lector”, queda patente la incidencia de la crisis y la precariedad laboral. El nuevo siglo ha traído consigo la sustancial bajada en las nóminas de los columnistas que, también ha venido acompañada por una moderación del tono de los textos, antaño mordaces y blasfemos, pero también intimistas y cómplices. Pese a ello, el “yo” del columnista sigue siendo la columna vertebral de este género, como demuestra en el capítulo 5 (“El armazón de la columna periodística), pues condiciona los temas, las fuentes informativas y el estilo de la columna. La columna es el género periodístico que goza de mayor libertad: en su lenguaje, caracterizado por la vocación estética, en su estructura, en su titulación, y en los temas, libres y enfocados desde perspectivas singulares y novedosas.
Además, es un género donde cabe la especialización, lo que da lugar a determinados tipos de columnas y de columnistas. A este menester dedica el autor el capítulo 6 (“Diferentes tipologías de columnas para un género plural e inclasificable”), no sin antes advertir que a menudo estas clasificaciones, al ser esencialmente temáticas, no acotan, sino que se extienden en tantos asuntos como realmente puedan ser tratados. Por ello, tras revisar numerosas clasificaciones, López Hidalgo, con ánimo aclaratorio, apuesta por clasificar las columnas básicamente en dos grandes bloques: las columnas que contienen textos argumentativos y, por ende, discursos, y las que contienen relatos, textos o poemas, como los articuentos, de Juan José Millás, en los que con frecuencia la ficción domina la composición. La primera modalidad tendría cabida en los géneros periodísticos de opinión, mientras que la segunda se acerca más a los géneros creativos.
De especial interés resulta el último capítulo (“Del periodismo impreso a los medios audiovisuales y a la red”), que cierra el libro, en el que analiza en qué condiciones se ha realizado el trasvase de este género a otros soportes ajenos al papel. En el caso de los medios audiovisuales, pese a la tímida adaptación inicial, este género ha terminado por sucumbir al éxito de los géneros dialógicos, como la tertulia o los debates, genuinamente audiovisuales. En la Red, como ha sucedido con otros géneros periodísticos, la columna no ha asumido el potencial hipertextual y multimedia del medio digital, por lo que sigue siendo un género eminentemente textual; de hecho, en los diarios digitales que cuentan con una versión impresa de referencia las columnas se vuelcan en la versión digital sin más adaptación que una leve mejoría en los accesos y enlaces.
En la red, no obstante, a la columna le ha salido un serio competidor. Se trata de los weblogs, cuadernos de bitácora o diarios personales, especialmente aquellos lanzados por periodistas y columnistas para opinar sobre los más variados asuntos de la actualidad, o para dibujar un simple un guiño al lector, al internauta. Por el momento mantienen rasgos diferenciales específicos, pero sólo el tiempo dirá en qué sentido sus caminos se distancian o se acercan. Como el Periodismo y la Literatura. La columna es el máximo exponente de la relación de amor y odio que mantienen ambas disciplinas. Periodistas y escritores comparten el buen hacer de este género plural que no se agota en el periódico, pues, recicladas, también han encontrado cabida en los libros, pese a ser un género creado “desde el periódico y para el periódico”. [subir]
Mª Ángeles Fernández Barrero
Universidad de Sevilla
UNA HISTORIA ABIERTA AL DEBATE
Ramos Espejo, Antonio: El Caso Almería, abierto para la historia. Centro Andaluz del Libro, Sevilla, 2011, 448 pp.
El periodista granadino Antonio Ramos Espejo vuelve escribir una nueva obra sobre uno de los episodios más negros de la democracia española: El Caso Almería. Se trata de una entrega tan periodística, reconstructiva de los hechos y reflexiva como la que ya publicara en 1982, (El Caso Almería, mil kilómetros al sur, Argos Vergara, Barcelona), pero más extensa (163 páginas frente a 448 páginas) y más actualizada en el sentido de que en esta edición el autor incorpora -junto a sus entrevistas, crónicas y reportajes- correcciones y anotaciones necesarias para que el lector entienda mejor el contexto, el estilo y el clima.
El caso Almería, abierto para la historia es el nombre que recibe el nuevo trabajo que ofrece una perfecta combinación entre lo mejor de la literatura y el periodismo y recupera los viejos parámetros del buen ejercicio a través de la investigación, la denuncia, el compromiso ético y la pluralidad de voces y contenidos. Es por ello, tal y como apunta Miguel Ángel Blanco en el prólogo (p.12), que el libro puede encuadrase dentro de la corriente del Nuevo Periodismo, donde las técnicas periodísticas y literarias van de la mano y el lenguaje coloquial se une con el informativo para presentar los hechos de manera más fiel.
En este sentido, una de las características más llamativas es su dimensión estética. Ramos Espejo recrea con precisión, verificación y objetividad, escenarios y ambientes que sumergen al lector en el entramado emocional y psicológico de esta tragedia sucedida entre los días 9 y 10 de mayo de 1981 en la localidad almeriense de Gérgal donde tres jóvenes (Luis Montero, Luis Cobo Mier y Juan Mañas Morales) fueron torturados y quemados por miembros de la Guardia Civil al ser confundidos con tres peligrosos etarras. El periodista granadino informa y sitúa al lector gracias a los pormenores de la redacción y a la crónica de los hechos sin descuidar, en ningún momento, los datos y las precisiones obligadas en todo texto periodístico.
En cuanto a su estructura informativa hay que destacar que es similar a la inicial pero con nuevos datos y crónicas recuperadas. De este modo, el libro se divide en cuatro partes diferenciadas y complementarias que ayudan al lector a conocer de manera más detallada los hechos conocidos como el caso Almería. Sin ánimo de ser exhaustivos queremos destacar los contenidos más relevantes de cada una de estos apartados.
En la primera parte, ‘Viaje a Andalucía’, Antonio Ramos ofrece un auténtico ejemplo de reporterismo vivo, donde recurre a la crónica narrativa para desvelar el acontecer de los hechos a través de una evolución pormenorizada de los mismos. Para ello, no duda en incluir fotografías, recortes de prensa, describir el contexto y aportar direcciones para que el lector comprenda que así pudieron ocurrir las cosas. Al hilo de este planteamiento, es de esperar que el punto de vista desde el que se narra la historia sea cambiante, con multi-perspectivismo, en tanto que la visión de los hechos se presentan no sólo desde el punto de vista del autor, sino también de los demás personajes y testigos.
El segundo capítulo, ‘Más que un luto’, recoge los testimonios de las diferentes familias afectadas así como las vivencias del abogado de la acusación particular, Darío Fernández, y las trabas con las que tropieza para el esclarecimiento de lo ocurrido. A lo largo de las 106 páginas por las que se extiende este bloque de contenido, el periodista granadino clama justicia e intenta despejar dudas ofreciendo diálogos de gran realismo, descripciones detalladas y un lenguaje urbano que contextualiza los hechos y narra la manera en la que se vivieron y sucedieron los mismos. Al finalizar esta parte, lo que queda más claro es que Luis Montero, Luis Cobo Mier y Juan Mañas no eran etarras y, lo más grave, que sus cuerpos fueron acribillados a balazos por miembros de la Guardia Civil y luego quemados para que se borraran las huellas del crimen.
El contradictorio e incongruente proceso judicial que sienta en el banquillo al teniente coronel Carlos Castillo Quero, al teniente ayudante Manuel Gómez Torres y al guardia Manuel Fernández Llamas, configura la tercera parte del libro: ‘El juicio del Caso Almería’. Es, en este capítulo, donde se muestran íntegras las 22 crónicas –analíticas y fundamentadas- que Antonio Ramos publica en el Diario de Granada como enviado especial y testigo directo de todo lo acontecido en la Sala de la Audiencia Provincial de Almería. Además, se recoge el resumen de aquellas otras informaciones periodísticas publicadas por compañeros de profesión y que hacen referencia a las sesiones en las que el autor no pudo estar presente. El resultado final es una documentación periodística de primer orden de un proceso que arranca el 15 de junio de 1982, dura 32 jornadas hábiles y condena a 24 años de cárcel al teniente coronel y a 15 años a cada uno de los otros dos procesados.
Una vez desarrollados estos capítulos, la obra avanza para mostrar las novedades acontecidas entre el fallo judicial (1981) y 2011. Se presentan bajo el título ‘epílogo’ y es aquí donde se recogen los testimonios de familiares, periodistas y letrados que, a pesar del tiempo transcurrido, siguen comprometidos con esta causa y luchan porque se reconozca que aquel juicio no fue justo y, por tanto, el caso está abierto para la historia. Se trata de un capítulo compuesto por ocho bloques temáticos que nos ofrecen claves para interpretar mejor el caso y que, de no mostrarse juntos y con un determinado orden, no cobrarían toda la importancia que tienen.
Antes de finalizar, queremos destacar el acentuado estilo visual y la gran importancia que cobran las portadas de los diarios, fotografías y contenidos reales que se presentan a lo largo de todo el libro. Éstos ofrecen una clara ejemplificación de lo expuesto y convierten a la obra en un manual de imprescindible lectura, además de un excelente texto para el esclarecimiento del suceso.
En definitiva, El Caso Almería, abierto para la historia es una obra crítica y reconstructiva de los hechos dónde el sentir literario se funde con la realidad y el alma de periodista libre que posee Antonio Ramos Espejo se evidencia en la indagación y en la búsqueda de la verdad que realiza con el fin de aportar luz y esclarecer debidamente lo sucedido en Almería. Es, sin duda, una historia de reflexiones, críticas y propuestas dónde el reportero acompaña sus textos periodísticos con documentos y otros escritos significativos. [subir]
Mª José Ufarte Ruiz
Universidad de Sevilla
LA EVOLUCIÓN DE LA REPRESENTACIÓN ICÓNICA EN EL PASO DEL TIEMPO
Ramírez Alvarado, María del Mar: La revolución de la imagen. El paso de la Edad Media a la Modernidad, Venezuela: Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2010.
María del Mar Ramírez Alvarado, Licenciada en Comunicación Social y en Trabajo Social por la Universidad Central de Venezuela y Doctora en Ciencias de la Información por la Hispalense nos presenta en “La Revolución de la imagen” todo un análisis de las técnicas de reproducción icónica en la historia. Con el tiempo, las técnicas han ido cambiando de la mano de la evolución tecnológica y de la forma de entender el arte, algo que nos detalla en orden cronológico en este libro.
La revolución de la imagen está dividido en dos partes. La primera de ellas se centrará en las técnicas de reproducción de la imagen y su impacto para la construcción de nuevas realidades antes de que naciera la imprenta. En este bloque, la autora analizará la representación de la imagen introduciéndose en los orígenes del grabado y profundizando en las técnicas de representación ancestrales. Ramírez Alvarado se remontará entonces a las consecuencias de la aparición de la imprenta en la representación de las imágenes, estudiará el poder mágico de la imagen impresa y su gran valor comercial.
En el segundo bloque tomará protagonismo la representación icónica existente en la Europa Moderna, pasando tanto por el Quattrocento como por el Cinqueccento renacentistas hasta concluir haciendo una reflexión sobre la representación icónica en España.
Ramírez Alvarado describirá así una evolución en las formas de transformación a partir de finales del siglo XIV, cuando la imitación de la naturaleza se convierte en el patrón de la pintura y de la escultura. Se pondrá hincapié entonces en lo que ya Aristóteles (384-322 a.C.) constató al asegurar que “el imitar es connatural al hombre desde niño […]”.
Los grandes artistas del Quattrocento italiano rompieron con la tradición imperante medieval y volvieron a la representación de la semidesnudez y desnudez clásica. La evolución temporal conducirá al estudio de las proporciones como primer requisito de una buena composición, según ya aseguraba Alberti. Será entonces cuando las matemáticas tomarán gran relevancia como forma de perfeccionar la plasmación total de la belleza de las proporciones.
El Cinquecento, sin embargo, se caracterizará por una evolución hacia el énfasis en la relatividad de los gustos individuales de cada artista y en la importancia de la inspiración. Incluso se pondrá en tela de juicio la restricción a las proporciones como criterio fundamental para la belleza de la representación, algo tan característico del Quatrocento. El dominio matemático de las proporciones ya no será suficiente para lograr una perfecta representación de la figura humana. En esta etapa se enfatizará en el estudio de los movimientos corporales, en los llamados “movimientos del alma”, los estados de ánimo y en la “furia”, nombre con el que Lomazzo llamará a la gracia en el movimiento de la figura representada. Esto supondrá un gran paso para llegar a la representación icónica de la que actualmente disfrutamos.
En el último capítulo de La revolución de la imagen, la autora profundizará en la evolución icónica en España. De esta forma, describirá como se van introduciendo, aunque de manera más lenta, los cambios en los esquemas compositivos y de representación del Renacimiento en este territorio. Ramírez Alvarado pondrá acento en cómo tomará relevancia la representación humana o los temas religiosos influirán durante la Contrarreforma y cómo llegamos a la representación de la imagen de la que disfrutamos en la Modernidad.
María del Mar Ramírez Alvarado cierra las páginas de este libro con un glosario de definiciones de los tecnicismos usados en él para una mayor comprensión de sus contenidos. Así concluye un libro de obligatoria lectura para todos los interesados en la reproducción de la imagen, ya que describe la evolución de las técnicas de representación artísticas de una forma divulgativa sin que ello simplifique el contenido. [subir]
María José Barriga
Universidad de Sevilla
COMUNICACIÓN Y CULTURA DE PAZ: EL EMPODERAMIENTO A TRAVÉS DE LA CONCIENCIA CRÍTICA
Cortés, Alfonso y García, Marcial (Coords.): Comunicación y cultura de paz. Granada: Universidad de Granada/Instituto de la Paz y los Conflictos, 2012; 186 págs.
El fenómeno globalizador de Internet genera una ventana de oportunidad que puede ser aprovechada para generar una conciencia cívica con el fin de promover un mundo más justo e igualitario. Sin embargo, esta conciencia no se puede adquirir sin aumentar la preocupación de todos los actores sociales por el uso más correcto de la comunicación.
El análisis de la lucha contra la violencia y la formación de una ciudadanía con capacidad crítica para evitar todo tipo de conflictos son dos elementos fundamentales para la creación de una auténtica Cultura de Paz. En este contexto es fundamental realizar un estudio interdisciplinar con el objetivo de observar desde distintos puntos de vista la Cultura de Paz en general y la Comunicación para la Paz en particular.
El libro Comunicación y Cultura de Paz afronta la problemática de dicho análisis interdisciplinar a través de nueve sugerentes capítulos en los que expertos de la materia procedentes de toda España dan su opinión y presentan numerosos estudios sobre casos paradigmáticos y malas prácticas de la Comunicación para la Paz.
Los dos modelos fundamentales para generar un plan estratégico de comunicación social son las bases del primer capítulo del libro. En el mismo, Alfonso Cortés explica la importancia de la implementación de una estrategia comunicacional para proyectar actuaciones eficaces que puedan dar resultados positivos en la sociedad. El segundo capítulo está a cargo de Alberto Pena, quién explica el caso concreto de Timor Este y la superación del conflicto a través de una propaganda para la paz que nace de los disidentes exiliados. La ejemplificación de la fuerza de la comunicación a través de la situación de la antigua colonia portuguesa no sólo representa una forma eficaz de utilización de la comunicación sino una posible vía para paliar las deficiencias comunicativas en territorios de conflicto actuales.
Ana Jorge Alonso es la responsable del tercer capítulo de esta obra, focalizado en los derechos humanos y, en particular, en la igualdad. La preocupación de esta profesora de la Universidad de Málaga por los derechos de las mujeres ha sido una constante durante toda su carrera académica. Si bien la perspectiva de género es abordada en este capítulo, Jorge Alonso prefiere detenerse en el problema del crecimiento económico como creador de un aumento considerable de las desigualdades. Los inconvenientes de la comunicación en las organizaciones que trabajan la cultura de paz es la materia escogida por Miguel Díaz. El autor aborda la comunicación como política, que debe basarse en procesos que profundicen la participación ciudadana y amplíen el conjunto de ésta a todos los sujetos sociales.
El miembro del Observatorio de la Cobertura de los Conflictos de la Universidad Autónoma de Barcelona Xavier Giró argumenta sobre la importancia del discurso mediático y la pedagogía comunicativa para la paz en el quinto capítulo de la publicación. La publicidad como herramienta para el diálogo entre comunicación, educación y ciudadanía es la preocupación de Eloísa Nos en el sexto capítulo de la obra. Es por ello que Nos utiliza cuatro imágenes donde se puede observar el discurso a través de espacios de mediación cultural entre los diferentes interlocutores sociales, sus responsabilidades y sus posibilidades.
Por su parte, Marcial García reflexiona sobre los modelos de comunicación de las organizaciones sin ánimo de lucro y sus deficiencias en tanto se convierten en entramados verticales y no participativos en muchas ocasiones. El autor de la séptima parte de esta obra postula que de los modelos de publicidad de las ONGDs con influencia de la publicidad comercial y política se debería evolucionar hacia un modelo capaz de fomentar y fortalecer las capacidades de comunicación entre la ciudadanía.
La importancia del boom de Internet y las redes sociales para la difusión de la Cultura de Paz es tratada en el capítulo de David Polo Serrano. Esta obra coral finaliza con el capítulo escrito por Manuel Chaparro sobre las deficiencias del sistema mediático en Europa y en América Latina al transmitir de forma diversa mensajes similares sobre asuntos que tienen que ver con la cultura de paz.
En conclusión, la publicación Comunicación y Cultura de Paz es imprescindible para conocer la situación actual de esta cuestión imprescindible en la actualidad, con el fin de crear una conciencia social crítica y una lucha real contra todo tipo de conflictos a través de la formación sobre participación ciudadana y los derechos humanos. [subir]
Ruth de Frutos
Universidad de Málaga