Reseñas
En el número 26 de Ámbitos. Revista Internacional de Comunicación,
les ofrecemos las siguientes reseñas:
1. Memorias de la violencia: los exiliados por ETA se confiesan
2. Confiar en la prensa o no. Un método para el estudio de la construcción mediática de la realidad
3. Jóvenes y ficción televisiva
4. Historia de la radio y la televisión en España
5. El cartel no pasa, se transforma
6. Mecanismos estratégicos en la publicidad moderna
MEMORIAS DE LA VIOLENCIA: LOS EXILIADOS POR ETA SE CONFIESAN
Bezunartea, Ofa, (2013). Memoria de la Violencia. Profesores, periodistas y jueces que ETA mandó al exilio. Córdoba: Alfaguara. 341 pp.
“Hagamos memoria”. Es la sentencia con la que la periodista y catedrática vasca Ofa Bezunartea analiza los testimonios más directos de quienes han sufrido la extorsión, el chantaje y la presión de ETA, el miedo a perder a los suyos y a perder su vida.
La autora, una víctima más de la huella que ETA ha dejado con su violencia presenta las entrevistas directas a profesionales intelectuales exiliados que se rebelaron con su voz, su pluma y su ética a estar “condenados al silencio”.
El libro, fruto de un proyecto de la Fundación Jiménez-Becerril para rescatar las vivencias de aquellas otras víctimas de la violencia poco conocidas y menos reconocidas, se encargó a Bezunartea que reunía la condición de profesora de Universidad, periodista y exiliada. A su nombre se suman los de los profesores Mikel Azurmendi, Mikel Iriondo, Carlos Fernández de Casadevante, Gotzone Mora, Edurne Uriarte, Manu Montero, Francisco Llera y los periodistas José María Calleja, Aurora Intxausti, Carmen Gurrutxaga, Charo y José Antonio Zarzalejos y Pedro Briongos.
El trabajo de recopilación de testimonios se inicia en 2010 cuando quedaba lejos el anuncio del cese de las acciones armadas de ETA por lo que los entrevistados hablan en presente de la situación que provocó su exilio de Euskadi.
¿Y cuántos otros se han mantenido en el anonimato? ¿cuántos ni siquiera saben qué han sido objetivo de ETA? ¿cuántos han renunciado a su ideología?¿cuántos han pagado para no abandonar su tierra, a su familia, su trabajo, su vida? ¿cuántos han callado?.
Los números no fallan. A través de una rigurosa investigación avalada por los informes de la Ertzainza que pueden además ampliarse con los datos de la Polícía Nacional se comprueba que en las listas llegaron a figurar 65 profesores, 326 periodistas y 206 jueces amenazados sobre los que caía la sombra de posibles atentados.
La excelente formación y buena pluma de la autora consiguen que el libro no caiga en el sensacionalismo (para muchos medios ha sido un recurso al trasladar la situación de Euskadi a la opinión pública) gracias a la perfecta contextualización, antecedentes y consecuencias de los hechos que se narran. La descripción del marco histórico, político y social es la herramienta para entender la situación personal de cada uno de los entrevistados y una ayuda al lector para ponerse en su lugar y reflexionar qué hubiera hecho él en cada caso.
El libro se estructura en ocho capítulos que presentan una interesante radiografía histórica, política, social y sobre todo humana de lo acontecido en el pueblo vasco desde los orígenes de ETA. Marcan un antes y un después en el contexto de los 50 años de sometimiento del País Vasco y de España en su totalidad a dos dictaduras que han dejado secuela hasta hoy: la del Franquismo y la de ETA. Como afirma Bezunartea “a pesar del esfuerzo de generosidad de las fuerzas democráticas, ETA y la izquierda abertzale decidieron prescindir de las vías políticas y utilizar el terrorismo y todo tipo de presión social para el logro de una Euskadi independiente socialista y euskaldun”
Estos capítulos configuran un marco teórico muy documentado en el que se cita a autores especializados y fundaciones de referencia que exponen sus tesis sobre la acción de ETA, la tipología de víctimas y los efectos presentes y futuros que han marcado a la sociedad vasca. Antonio Elorza habla de “círculos de víctimas y círculos de responsabilidades”. (…) “Resulta obvio que el centro de la tragedia corresponde a quienes perdieron sus vidas o sufrieron daños- físicos o psíquicos-irreparables por efecto de la acción terrorista. El segundo círculo corresponde a familiares y allegados… Pero hay un tercer círculo al cual se hace menos referencia: quienes durante años pudieron pensar con sobrados motivos que se encontraban en la lista de espera para ser asesinados. Tuvieron peor fama, e incluso renombradas plumas progresistas condenaron su exhibicionismo por declarar que llevaban escolta, (…) Y un cuarto círculo: toda la sociedad vasca, sometida a la intimidación de los violentos, con reacciones a veces dignas, en otras de sumisión, e incluso de perversión de los propios valores”. (“La memoria vasca”. El País, 21 de mayo de 2012).
En concreto este libro, Memorias de la Violencia, sin olvidar en ningún momento a los más de 800 muertos y más de miles de heridos víctimas de ETA, se ocupará del tercer círculo, aquellos que tuvieron fundados motivos para pensar que eran “el siguiente” en la lista de asesinados.
La práctica terrorista de ETA con la cobertura de la izquierda abertzale ha tenido como víctimas la pérdida del derecho a la vida, el más codiciado de todos, sumado al de la libertad de pensamiento, de expresión, de ejercicio de la política, de la actividad empresarial y de la representación institucional de España y como consecuencia la tragedia de un pueblo que ha visto rota una sociedad y heridas las relaciones familiares, sociales y humanas. Duras afirmaciones de la autora que se reafirman con ejemplos claros de la experiencia vivida por los “testigos y víctimas del terror” que a través de este libro han hablado con claridad meridiana del antes y el después de su historia con ETA.
Siguiendo la ordenación establecida es de vital importancia el primer capítulo para comprender datos, situaciones, conceptos y contextos en los que se mueven los protagonistas que hacen Memoria. La autora incide especialmente en la construcción del relato para conocer las fibras de la presencia de la violencia en las últimas décadas y que no se imponga un discurso (a partir de la fecha del anuncio del cese de la violencia armada) en el que como afirma el profesor de historia de la UPV, José Antonio Pérez “los victimarios pretenden aparecer ante la sociedad como víctimas de un proceso en el que se vieron irremediablemente abocados a tomar las armas” (Por un futuro con memoria, publicación de Gesto por la Paz); un intento de relato de los abertzales que puede encontrar aliados en la sociedad vasca en pro de un nacionalismo democrático o como argumento pacificador de representantes de la propia Iglesia vasca. Y advierte el periodista Florencio Domínguez “el mundo de la izquierda radical es consciente de lo que supone una batalla ideológica abierta y está volcado a una gran cantidad de esfuerzos para tratar de ganarla. Saben que se juegan la justificación de la historia asesina de ETA y que se dilucida si la memoria colectiva que queda es la de las víctimas o la de los verdugos”. (El Correo, 10 de noviembre de 2011)
Pero la Memoria no olvida. No pueden amarrarse a la historia y justificar su terrorismo bajo el lema de la lucha por la libertad del pueblo vasco. Y es contundente la afirmación de Bezunartea “la táctica de achacar al determinismo histórico el ejercicio de la violencia del terrorismo supone verse exonerado de cualquier responsabilidad por el daño producido. Y si la sociedad a la que ha hecho sufrir no le castiga por ello, sino que, al acogerle como una opción política más y premiarle con votos, le otorga una importante parcela representativa, es lógico que se afiancen en la idea del mal necesario y rechacen cualquier posibilidad de revisión crítica de su pasado.
No vale pasar página, no puede vencer la desmemoria y la sociedad vasca no puede quedarse insensible en esta nueva etapa. Como afirma Iñaki Gabilondo “Me parece que en Euskadi se está procurando que las cosas se acomoden pensando que el tiempo lo cura todo. Y no es verdad. (…) A mí me gustaría que Euskadi estuviera proclamando su anormalidad; pero no, vive como si no hubiera pasado nada.” (Entrevista en El Correo, 2 de junio de 2012).
El lector encontrará en este primer capítulo una relación de fuentes documentales, expertas institucionales, políticas, mediáticas que evidencian la enorme labor de hemeroteca e investigación de alto nivel de Ofa Bezunartea con el fin de ofrecer un abanico de posiciones y perspectivas desde todos los ángulos que genere el conocimiento de los hechos y la necesaria reflexión crítica. Son múltiples los ejemplos que la autora aporta para reforzar argumentos que consoliden el objetivo de este proyecto: No hay razones que justifiquen el asesinato, la amenaza, la extorsión o el exilio involuntario. “ETA mátalos, se ha oído a voz en grito en la calle y ha quedado plasmado en las paredes”. No se puede olvidar.
La sociedad vasca no puede quedar impasible. El silencio del pueblo vasco es un ataque a la dignidad de tantas víctimas. Impresiona el uso de la cifra en el discurso de este libro: 858 asesinatos de ETA, 77 secuestros, 42.000 personas amenazadas (jueces, cargos electos de PSE y PP, más de 9000 ataques de la kale borroka y se suman además el número de los ejecutores o responsables de las acciones etarras que según el sociólogo Javier Elzo (El País, 3 de mayo de 2012) corresponde a unas 5000 personas de apoyo logístico, 50.000 personas que han mantenido el soporte social y han legitimado el terrorismo de ETA y de 25.000 a 270.000 votantes de IA, muchos de los cuales cuestionan la violencia. ¿Cómo mirar para otro lado?
Y se cierra este primer capítulo con Relatos en primera persona donde destacan las palabras de Antonio Muñoz Molina: Hay que ponerse a contar. (…) Hay que contar exactamente lo que pasó y hay que empezar a hacerlo ahora que todavía viven y están lúcidos la mayoría de los protagonistas, los testigos, las víctimas no ejecutadas. Hay tiempo, pero es urgente (“Tiempo de contar”. El País, 21 de abril de 2012).
Y es a partir de los siguientes capítulos donde el lector puede conocer el testimonio de un grupo profesores y periodistas vascos que sufrieron la irrupción de ETA en sus vidas, coartando su libertad de expresión, amenazándoles de muerte y convirtiéndoles por obligación en exiliados. Son las vidas marcadas.
Un denominador común los agrupa: haber sufrido atentados o amenazas de ETA. ¿Por qué? El gremio de periodistas y profesores constituyen una especie de frente intelectual que como afirma Bezunartea “ETA ha tenido especial empeño en neutralizar”. Han sido profesores de la universidad (especialmente UPV-EHU), con reflexiones sobre todo en las tribunas públicas de los medios de comunicación que han desarmado ideológicamente los postulados de la izquierda radical y que además han promovido organizaciones cívicas como el Foro de Ermua, ¡Basta ya!.
La intimidación que sufrieron los intelectuales a finales de los años noventa se encuadra en el marco de las llamadas violencia de persecución y estrategia de socialización del sufrimiento, en definitiva una decisión de ETA de añadir a sus objetivos tradicionales (fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y militares) otros sectores sociales como políticos, intelectuales, periodistas, jueces… Izquierda radical, kale borroka y la propia ETA se encargaron personalmente de “avisarles” en la sede de RNE y RTVE con cócteles molotov, pintadas de “el siguiente eres tú” en el domicilio del periodista José María Calleja, agresiones y atentados bomba como los de Carmen Gurrutxaga de El Mundo o Gorka Landáburu de Cambio 16… una lista de ejemplos que describen la realidad espeluznante de aquellos años.
Bezunartea analiza en toda ocasión los antecedentes que provocaron las presiones de la banda terrorista a estos colectivos pero se extiende especialmente con el de los periodistas y los medios de comunicación y rescata las declaraciones de las entrevistas, que aparecen en formato original en el capítulo V como cierre de ese perfil de exiliados para pasar posteriormente al Capítulo VI titulado Jueces bajo el pánico escénico (colectivo profesional que a pesar de gozar del derecho de movilidad y flexibilidad de destinos también se vió abocados al exilio) y cerrar con dos últimos capítulos dedicados a cuestiones relacionadas con la Universidad vasca, como espejo de la anormalidad que ha caracterizado a Euskadi en esas décadas.
Existe un hilo conductor con unas claves comunes en estos capítulos que el lector irá descubriendo. Se relata la historia de las “vidas marcadas” siguiendo los llamados Pasos del Calvario o el sufrimiento al que han estado sometidos nuestros protagonistas: El golpe de la noticia, Enemigo del pueblo, Síndrome del apestado, Excepción nacionalista, Decidir la marcha, El testimonio del que se queda y Sobre los autores de las amenazas, que además se corresponden con los temas que Bezunartea plantea a los entrevistados.
Resumiendo cada paso: El golpe de la noticia que recoge su reacción cuando se enteran de que están en la lista negra, Enemigo del pueblo, título que los rechaza por antinacionalistas y traidores de Euskadi, el Síndrome del apestado cuando los demás te ven como amenazado, pierdes a los amigos, sus miradas buscan a los escoltas que te acompañan… Te vas aislando socialmente… Como afirma el profesor Manu Montero “el aislamiento se da porque producimos miedo”, La Excepción nacionalista, referida a los privilegios para la clase nacionalista frente al resto. Sobre esto, José Antonio Zarzalejos critica la actitud del PNV y sentencia: (…) “Les sobrábamos. (…) Nosotros éramos vascos traidores. (…) No hay persona peor tratada en el País Vasco que aquel vasco que disiente del régimen nacionalista”, Decidir la marcha o lo que es lo mismo destierro, exilio, con la familia, en soledad, sin trabajo, preguntarse a dónde ir…En las entrevistas cada uno de los “exiliados” refleja el problema que les creó a ellos y los suyos dejar “su tierra”. Hoy algunos “sólo vuelven por Navidad” y han decidido definitivamente no regresar. Cada caso reproduce lo que sufrieron por sus familias, por sus hijos, porque tuvieron que romper un estilo de vida, unas costumbres, adaptarse a la fuerza y resignarse.
Se contempla también la excepción del que no abandona Euskadi en El testimonio del que se queda. El caso de Gorka Landáburu que a pesar de llevar en su rostro y manos la huella de un paquete bomba de ETA decidió no abandonar Euskadi reconociendo el riesgo y la dura realidad de vivir sin libertad de movimientos, con la perenne sombra de los escoltas.
Por último, se pregunta a los exiliados Sobre los autores de las amenazas, una cuestión en la que los entrevistados manifiestan su desinterés por conocer la identidad o se quejan de la actuación policial y sopesan las escasas expectativas de llegar a tener datos sobres sus perseguidores. Abrumadoras palabras las de Carlos Fernández de Casadevante: “Mis sentimientos hacia ellos fueron de odio, pero ya no lo son. (…) no estoy dispuesto a que mi vida gire en torno a esta gente. Que se cuezan en su propia salsa ellos y los que los han votado, y los que no quieren mirar, los cómplices.”.
El relato es tan gráfico que es imposible quedar impasibles. Son tantas frases, tantos sentimientos, tantas vivencias… Se han confesado las víctimas y lo hacen sin miedo porque puede ser su mayor aportación para que el cambio aunque lento se produzca.
El cierre de las entrevistas da paso a la focalización de la autora en dos planos: el judicial que relata la extorsión y persecución de los jueces no vascos que se intensificó a partir del asesinato del magistrado José María Lidón, miembro del Poder Judicial del País Vasco y otra víctima más de la “socialización del sufrimiento” y el universitario, con una redacción muy detallada de la desestabilización de la vida académica en la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) provocada por profesores “convertidos en vanguardia para la consecución de un profesorado propio y las irregularidades de los estudios de los presos. Acertadamente la autora titula este último capítulo La universidad, un espejo, un espejo que traslada las estrategias del MLNV, su correlato y el ataque a la vida universitaria. La distorsión, la manipulación, el acoso, el rechazo a los de fuera, la imposición del vasco en las aulas… enfrentaron a muchos docentes y tuvieron consecuencias académicas y de relaciones humanas también para el alumnado. Una verdadera pesadilla en las aulas. Se respira con la lectura la situación de riesgo y la valentía de los afectados, la persistencia de “los de la pancarta”, profesores euskaldunes vinculados a la izquierda abertzale que “eran beligerantes en favor del contrato laboral porque rechazaban convertirse en funcionarios de la universidad española” y en definitiva los años que costó volver a la “normalidad”. Como afirma Gonzalo Maestro, ex decano de la Facultad de Periodismo “La Universidad fue uno de los focos de la resistencia abertzale… se podría decir que fue suya durante un tiempo”.
Bezunartea cierra su obra con un último capítulo titulado Un ángulo oscuro: los presos de ETA y la UPV-EHU y dedicado al episodio de los “privilegios y condiciones peculiares” de los presos de ETA en sus estudios universitarios. El Foro de Ermua advirtió al presidente Aznar de estas irregularidades administrativas y académicas, lo que levantó una polvareda en los medios y en la opinión pública (se generó una imagen de complicidad de la Universidad con el terrorismo) y desencadenó la modificación de la Ley Penitenciaria: los presos sólo podrían acceder a la universidad a través de centros de estudios a distancia. Y vuelta a empezar con el eterno conflicto.
Nuevamente se ofrece un relato directo de las fuentes, un análisis y una explicación e interpretación de los acontecimientos, una dinámica propia del investigador y del periodista especializado, dualidad que representa Ofa Bezunartea.
Memorias de la Violencia es una obra que no puede pasar desapercibida, es un libro para aprender a opinar con argumentos, habla de quién, del sufrimiento en primera persona y del por qué, de la opresión de las ideas y de las personas y sobre todo demuestra la valentía de todos aquellos a los que el exilio de ETA no consiguió callar su voz.
Hagamos Memoria. [subir]
Concha Pérez Curiel
Universidad de Sevilla
CONFIAR EN LA PRENSA O NO. UN MÉTODO PARA EL ESTUDIO DE LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA DE LA REALIDAD
Piñuel, José Luis, Gaitán, Juan Antonio y Lozano, Carlos (2013). Confiar en la prensa o no. Un método para el estudio de la construcción mediática de la realidad. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones, Salamanca. 206 pp.
El presente método para el estudio de la construcción mediática de la realidad persigue confirmar la pertinencia o no de la práctica del Periodismo, responsable en gran medida de construir la realidad en torno al acontecer público. Se trata de un estudio que se centra en la auto-referencia de los Medios de Comunicación de Masas (MCM) en torno a la verdad y la comunicación.
Se articula en dos bloques. La primera parte, titulada Periodismo y dominio histórico de existencia,está fundamentada en una obra anterior, Ensayo general sobre la Comunicación (Piñuel y Lozano, 2006). En ella se acota el término acontecer para referirse a aquellos acontecimientos que nos comprometen de alguna manera. Por ello, sólo nos implicaría el acontecer que somos capaces de reconocer. Pero ¿este acontecer reflejado en los Medios, es el socialmente relevante o se está produciendo una construcción mediática de la realidad porque los Medios convierten en acontecer aquello de lo que hablan? Si es aceptado que aquello que publican los Medios de Comunicación de Masas se torna en una realidad percibida y que lo no referido por ellos carece de percepción colectiva, es importante averiguar cómo se gesta la agenda pública a partir de la agenda mediática.
La práctica social del periodismo, hoy crossmedia, es la que aporta mayor capital social de conocimientos y competencias en el aprendizaje de la ciudadanía. Los valores atribuidos a la información (v.g. la verdad) se transforman en valores sociales relevantes por su alcance público, lo que pone de manifiesto la responsabilidad de los medios de comunicación en la construcción social de la realidad.
Los autores toman el concepto de autopoiesis de Maturana y Varela (El árbol del conocimiento. Bases biológicas del entendimiento humano. Madrid: Debate, 1984 y 1996). Con ello se refieren al “proceso recíproco por el cual las actuaciones de los sujetos sobre los entornos, y los cambios de los entornos sobre los sujetos, producen aquellos «dominios de existencia» que evolucionan recíprocamente” (p. 18). La autopoiesis es relacionada con el acontecer a través de una estructura espacial de cambios en entornos superpuestos, retomando una esquematización de Moles (Théorie des objets. París: Universitaires, 1972), a la que añaden caparazones temporales, analizando “sus márgenes de previsión y sus hábitos cambiantes ante el acontecer esperado e inesperado, frente a cuyas quiebras cambian también los reajustes culturales del comportamiento cotidiano” (p. 75).
Piñuel, Gaitán y Lozano parten de que las reglas de juego para la acción y el discurso “marcan una estructura al acontecer posible (de ser percibido, representado y pautado) conforme al dominio social, en curso, de existencia histórica” (p.37). Concluyen que las normas de juego para la acción social, y las normas del discurso para la expresión, “señalan una estructura a los acontecimientos, de tal forma que los acontecimientos mismos se vuelven percibidos, están representados y terminan regulados de acuerdo con el dominio de existencia histórica en curso” (p. 143).
En este marco, la práctica social de Periodismo se aborda desde las estructuras de producción y consumo de la información periodística en torno al acontecer público, que la superestructura de los discursos periodísticos planifican ordenando los establecimientos de agenda («agenda building» «agenda setting» y «agenda framing») según la representación escénica de entornos sociales y de prescripciones de comportamientos ejecutables en ellos.
La segunda parte tiene una base empírica en un proyecto de investigación de I+D titulado «El discurso hegemónico a propósito de la verdad y la comunicación: lo que dicen los MCM sobre la Comunicación Social» desarrollado por el Grupo de Investigación MDCS (Mediación Dialéctica de la Comunicación Social). El objeto de estudio se enfoca hacia el discurso que sobre la verdad de la comunicación elaboran los medios aspirando a hacerlo hegemónico y que, como concluyen los autores, las audiencias terminan aceptando sin someter a crítica su credibilidad. Su intención es conocer la viabilidad de los cambios a ser planeados tanto para la formación de los periodistas, como para marcar estándares de calidad del servicio público del periodismo (p. 96).
Las hipótesis formuladas son: 1)El interés del acontecer en curso que relatan los MCM se centra en la actividad que los propios medios desarrollan compitiendo entre sí por legitimarse como institución social que establece la agenda pública; 2) Los objetos, aconteceres y valores mediáticos («segunda realidad» superpuesta al acontecer que se relata) se convierten en referentes sociales que adquieren una existencia autónoma (independiente de la naturaleza de los hechos de los que se habla) y frente a los cuales los actores sociales terminan viéndose comprometidos; 3) El discurso que los MCM convierten en hegemónico transforma las condiciones de verdad y de realidad del acontecer frente al que los agentes sociales se encuentran vinculados.
Conforme al esquema de la Mediación Dialéctica de la Comunicación Social, la metodología se articula recurriendo a un Análisis de Contenido aplicado a una muestra de aquel universo de piezas informativas en prensa (4176) cuyo tema de agenda es un discurso mediático sometido a examen de validez, cuyos resultados se contrastan con el discurso producido por jefes de prensa y directores de comunicación de diferentes tipos de organizaciones: empresas, administración, partidos políticos, sindicatos, asociaciones, etc., a través de la técnica Delphi. Ambas técnicas se exponen, de manera pormenorizada, en Anexos al final del libro. Se trata de una aportación destacable a tenor de la reconocida experiencia de los autores en este campo. No en vano, en esta obra se unen tres dilatadas trayectorias en las que se destilan la aportación en torno a la Epistemología de la comunicación (José Luís Piñuel), la Metodología y las Técnicas de investigación (Juan Antonio Gaitán) y la Divulgación científica y la comunicación de riesgos (Carlos Lozano).
De los resultados del análisis se extraen los ejes sobre los cuales se hace hegemónico el discurso de los MCM respecto a su propia actividad y en relación a las condiciones de la «comunicación verdadera»:
a) El interés de los acontecimientos en curso que informan los MCM sobre la actividad que los propios MCM desarrollan, más bien está representado como un hecho que debe tenerse en cuenta, como una actividad terminada, concediendo entonces a sus temas y referencias la condición de ser un acontecimiento sobre cualquier otra premisa, así como recurriendo a una condición epistémica que destaca el conocimiento que se tiene respecto a los temas o referencias de los cuales se habla.
b) Los objetos, los acontecimientos y los valores de información («segunda realidad» superpuesta ante el curso de los hechos dichos) transformados en referencias sociales, adquieren una existencia autónoma independiente de la naturaleza de los hechos de los que se habla y cara a los cuales los protagonistas sociales pasan a enfrentarse entre sí por entrar en competencia, prevaleciendo “lo que se dice” sobre “lo que sucede” y “lo que se hace”;
c) Predomina el discurso desprovisto de epistemes, seguido del discurso criticando la corrección de algunas prácticas periodísticas, como el éxito o el error. Por el contrario, el discurso centrado en la Verdad o la falsedad es mucho menos frecuente, se comparte su aparición con los discursos centrados en la Realidad o la ficción y —esto es lo más sorprendente— con los discursos centrados en la Habilidad o la torpeza de los informadores; y
d) Los resultados de la técnica Delphi confirman que las relaciones entre las organizaciones y los MCM se centran casi siempre en los compromisos personales mantenidos entre los profesionales que, por una parte, contribuyen a poner en escena los acontecimientos de los que se habla, y aquellos otros profesionales que, por otra, distribuyen las imágenes al público, y que esto es un objetivo garantizado por unos «conocimientos técnicos» y no por una exigencia social «de decir la verdad»….
Hay una llamada de atención para los teóricos y los investigadores de la comunicación que consideramos pertinente: se trata de “completar el estudio de los referentes mediáticos (tematización y jerarquía) como valores sociales, con el estudio de los objetos, aconteceres y valores comunicacionales (discursos éticos y morales)” (pp. 100 y 101). De hecho, constatan que la forma de tratar la verdad y el conocimiento en la comunicación mediática auto-referente puede explicarse a través de la denominada “epistemología de la virtud” (virtud epistemology), concepto que E. Sosa (1995, «Perspectives in Virtud Epistemology». Philosophical Studies, 78, 221-235 ) ha desarrollado de forma amplia y que aquí se reelabora por su evidente adecuación para el análisis de la normatividad epistémica del discurso auto-referente en la práctica comunicacional. De modo que preguntarse hasta qué punto esta «epistemología de la virtud» resulta finalmente garantía de verdad en las producciones comunicacionales, resulta inútil: no forma parte de la cuestión, pero sí, en cambio, resulta de importancia suma por constituirse en el punto inicial o de partida de cualquier práctica comunicacional de índole profesional.
Como Piñuel, Gaitán y Lozano expresan al comienzo de su exposición, “confiar en la prensa no es asunto baladí”. Y al finalizar su lectura, la obra se convierte en una aportación en el ámbito de la investigación en comunicación que, por su interesante marco teórico en el planteamiento, y por su metodología de análisis, contribuye decisivamente al examen histórico de la construcción mediática de la realidad cuyo conocimiento imponen los discursos hegemónicos en los MCM, y cuyo criterio gnoseológico deriva de una curiosa “epistemología de la virtud”, ciega ante la responsabilidad social del Periodismo.
Los autores han seguido posteriormente estudiando los discursos hegemónicos de la Prensa en el ámbito del cambio climático. Y sobre este gran reto del siglo XX cabe plantearse, a colación de la presente obra, desde una perspectiva aplicada, el siguiente cuestionamiento: ¿cómo aborda/rá la práctica del periodismo la quiebra del acontecer supuesta la incorporación de una transición (Meadows et al, 1992, Más allá de los límites del crecimiento. Barcelona: Círculo de Lectores), o una metamorfosis (Morin, 2011, La Vía para el futuro de la humanidad. Barcelona: Paidós), o un giro copernicano (V Informe del IPCC-Panel Intergubernamental de Cambio Climático) para atender el reto del cambio climático? Posiblemente la responsabilidad social de la práctica del periodismo adquiere una dimensión hasta ahora inédita, dada su función de cooperar tan decisivamente a la construcción y reproducción de nuestro dominio social de existencia en este momento histórico. [subir]
Rogelio Fernández Reyes
Universidad de Sevilla
JÓVENES Y FICCIÓN TELEVISIVA
Lacalle, C. (2013). Jóvenes y ficción televisiva. Construcción de identidad y transmedialidad. Barcelona: Editorial UOC.
Cuando uno lee Jóvenes y ficción televisiva. Construcción de identidad y transmedialidad puede entrever la cantidad de horas y recursos humanos que una investigación de esta envergadura ha necesitado para llegar a buen puerto. Sin duda, página tras página, se llega a sentir cómo un equipo coordinado de manera eficiente acerca al lector interesado datos, análisis e interpretaciones que convergen en la explicación de la impronta de la ficción televisiva en la construcción social de la identidad juvenil. El libro, escrito con un estilo discursivo que narra al unísono los hallazgos, explica causas, consecuencias e imbricaciones de los mismos.
El objetivo del proyecto que da lugar al libro ante el que nos hallamos es establecer qué tipo de relación existe entre la ficción televisiva española de estreno emitida durante dos años -2009 y 2010- en canales estatales/autonómicos y la conformación de la identidad social colectiva de los jóvenes representada en los programas.
El libro se estructura en dos partes bien definidas. La primera está dedicada al análisis de la construcción de personajes -516 son los sometidos al estudio- y relatos -92 programas entre los que hay series, seriales, miniseries, TV movies…- cimentado en un estudio de tipo cuantitativo donde el análisis de los datos derivados de la codificación de variables preestablecidas se complementa, con una metodología de carácter socio-semiótico en la que abundan los ejemplos que ilustran, de manera clara y amena, todos y cada uno de los aspectos que la investigación va desgranando.
La segunda parte del texto ante el que nos encontramos gira en torno a la transmedialidad practicada en los productos analizados. En esta sección del libro, Lacalle y su equipo realizan también un mapeado original de las herramientas y recursos propios de la web 2.0 que nacen, crecen y mueren ligados a los personajes y programas analizados. Así, nos encontramos ante un análisis pormenorizado de 523 elementos –webs, blogs, redes sociales- relacionados con los productos de ficción, que enmarca el análisis del discurso sobre los mensajes emitidos por los usuarios en foros y redes sociales –un total de 3.574 comentarios- que tienen como referente al producto de ficción.
Mención especial merece, a buen seguro, la capacidad para huir de un simple análisis de contenido -a nivel metodológico en un ámbito tan rico y complejo como es el de la producción de ficción- de la que Lacalle y su equipo hacen gala al crear una metodología original concebida y organizada ad hoc ,sustentada en la más que pertinente intención de “corregir el sesgo inherente a la extrapolación sistemática de la metodología de análisis de la información a la ficción. Una desviación que, entre otros efectos, induce a muchos investigadores a trabajar con muestras limitadas y escasamente representativas […]” (Lacalle, 2013: 18). Así, se articula una metodología basada en los pilares básicos del análisis cuantitativo, el análisis cualitativo y el meramente descriptivo para el apartado dedicado a la transmedialidad.
¿Influyen las producciones de ficción en la conformación de la identidad social de los jóvenes en nuestro país? ¿Cómo está representada la juventud en las series y programas que consume como audiencia? ¿Qué estereotipos son los que se reproducen con mayor frecuencia y en qué medida son asimilados por los jóvenes? ¿Cuáles son las herramientas y recursos de la web 2.0 que generan interactividad entre ficción y jóvenes y cómo funcionan? ¿Cómo se comportan los jóvenes a la hora de interactuar con los productos de ficción –relatos y personajes- a través de plataformas como foros o redes sociales? Todas estas y muchas más preguntas tienen respuesta en este libro en el que podremos ver que pese a las diferencias entre unos productos y otros “[…] los personajes se parecen a los jóvenes reales y son suficientemente heterogéneos como para representar a la sociedad española […] (Lacalle, 2013: 260). [subir]
Carlos Toural
Universidad de Santiago de Compostela
HISTORIA DE LA RADIO Y LA TELEVISIÓN EN ESPAÑA
Bustamante, Enrique (2013). Historia de la Radio y la Televisión en España. Una asignatura pendiente de la democracia. Madrid: Gedisa.
Una anécdota ilustrativa: al mismo tiempo que el Gobierno de Rajoy del Partido Popular reformaba la legislación sobre RTVE para controlar, dada su mayoría absoluta, la elección del presidente de la corporación, la BBC abría concurso público para la elección de su director general (p. 307). Dos modelos bien distintos de entender la función pública que cumplen los medios de comunicación, tanto de titularidad estatal como aquellos de capital privado: por un lado, el británico, muy defendido por los académicos, considerado incluso el modelo a seguir. Y, por otro lado, el español que, tal como muestra su historia, sigue siendo, cuarenta años después del inicio de la Transición, “una asignatura pendiente”, tal como el autor, Enrique Bustamante, apostilla al título de su obra aquí reseñada. Y lo es porque desde su origen, los medios de comunicación públicos y privados han estado al servicio de los intereses gubernamentales. Los gobiernos, como asegura Bustamante, han sido los arquitectos del puzle mediático de la radio y la televisión, controlando lo emitido en RTVE – modelo seguido por las autonómicas- y diseñando el sistema privado, otorgando licencias con poca transparencia. Hoy, en la tele y la radio española, el poder político es el rey, bien por control extremo, bien por omisión como vigilante ante los excesos.
Esta es la tesis de una obra revisada el pasado año 2013. Aunque se trata de un texto publicado en 2006 por primera vez, en esta nueva edición se incluye un análisis de la política audiovisual y sus repercusiones dentro de las dos legislaturas con Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno (2004-2011). Dentro de este apartado, es de gran interés la explicación que el autor realiza sobre la reforma “democrática” de RTVE diseñada a partir del informe de un consejo de sabios del que formó parte el propio Bustamante. De esta manera, es destacable que quede constancia de dicho informe, de las discusiones que dentro de él se produjeron entre expertos y de su plasmación práctica en la legislación socialista de estos años. Pese a las buenas intenciones, finalmente, afirma el autor de la obra aquí reseñada, el Gobierno de Zapatero siguió el modelo politizado y controlador llevado a cabo por los anteriores gobiernos democráticos en España respecto al campo audiovisual. Otra de las novedades de esta obra imprescindible y de cabecera para los interesados en cualquier estudio sobre la televisión y la radio española tiene que ver con la época del Gobierno de Rajoy, en la que se repiten los vicios audiovisuales de todos los ejecutivos democráticos españoles anteriores. Unos vicios, eso sí, que se han maximizado en los últimos años, con la degradación del servicio público, tal como llevan pidiendo desde su origen los que, según Bustamante, se les debe considerar neoliberales extremos.
Para justificar todo este suspenso democrático, el autor recorre la historia de la radio y la televisión española. Siendo justos, en la obra tiene mayor espacio la televisión en todas sus variantes: TVE y sus delegaciones territoriales, las autonómicas públicas, el fracaso de las autonómicas privadas, la local comercial, la local comunitaria y de proximidad, las televisiones privadas generalistas, el complicado camino del satélite y del cable y la llegada y evolución de los canales de la TDT gratuitos y de pago. Todas estas cadenas tienen cabida en el análisis de Bustamante. Una mirada profunda en el que, además de la historia de los hechos, se plantea un estudio sobre la evolución económica de los medios. Y, todo ello, dentro de un contexto sociopolítico, cultural y económico del país detallado de una manera muy historiográfica. Por otra parte, aunque con menor detalle, Bustamante escribe sobre la radio desde su origen tanto público como comercial, para llegar a entender el modelo actual. Y acaba la obra con una introducción al estudio comparado del sistema español con otros europeos y latinoamericanos.
Con todo ello, la búsqueda de un modelo que permita la supervivencia de RTVE así como la necesidad de un sistema audiovisual privado plural se esconde detrás de toda la obra de Enrique Bustamante. Es decir, el intento de transformar el mundo audiovisual español para garantizar su papel como pilar democrático en España. [subir]
Miguel Ángel Reyes Lemus
Universidad de La Laguna
EL CARTEL NO PASA, SE TRANSFORMA
Checa Godoy, Antonio (2013). El cartel. Dos siglos de publicidad y propaganda. Advook Editorial.
El libro enuncia en la contraportada que se dirige a un público objetivo concreto, estudiantes de Publicidad y Relaciones Públicas, Bellas Artes, Diseño, Periodismo o Comunicación Audiovisual, entre otros. También sugiere que puede ser recomendable para profesionales del diseño gráfico, la dirección de arte y la publicidad en general.
Considero que se queda corto al acotar la recomendación a un público especializado porque, esta obra puede ser de interés para un sector más amplio, que encuentre curioso e interesante conocer la historia del cartel. Son dos los atributos principales que motivan tal afirmación: en primer lugar, el lenguaje denota una larga trayectoria del autor en el ámbito periodístico, sin dejar de ser académico, consigue un atractivo que lo hace bastante asequible. El otro atributo es la compilación que se ofrece en la parte central de la obra: carteles que forman parte de la historia de la publicidad y la propaganda, además de formar parte de nuestra Historia, con mayúscula, porque han sido símbolos tangibles de etapas históricas. Desde un Cartel parisino de la Ilustración de finales del siglo XVIII hasta la “postal free”, esa fórmula de cartel reducido que se distribuye en locales concurridos, pasando por diversos ejemplos ampliamente conocidos, digamos imprescindibles.
Antonio Checa Godoy, autor obligado para los estudiantes de publicidad por su libro Historia de la Publicidad (2008), aporta en esta ocasión una visión completa de esta peculiar forma de expresión publicitaria y propagandística. Estamos ante una obra que, sin duda se convertirá también en referencia ineludible para estudiantes de las diferentes áreas mencionadas al principio de esta reseña.
El contenido arranca con los antecedentes, cuando el cartel era una fórmula única para dar a conocer información careciendo aún de la posibilidad de ser un medio masivo. Cada cartel era elaborado como pieza única, el reto era conseguir la difusión del mensaje a partir de un único ejemplar. La imprenta ayuda a dar el gran salto al ofrecer la posibilidad de elaborar varias copias del mismo diseño pero es hasta el siglo XIX, con la Revolución Industrial y la necesidad de realizar importantes inversiones en publicidad, cuando se va consolidando el uso del cartel.
El siglo XX es, definitivamente, el siglo del desarrollo de la comunicación de masas, al mismo tiempo que nuevos medios van surgiendo y lo van inundando todo, el cartel se consolida como uno de los elementos más significativos en toda campaña y se adapta a las etapas históricas que se van sucediendo.
El siglo XXI, con el torrente de información que se genera día a día, no ha supuesto la desaparición del cartel, al contrario, cambian los formatos, se modifican los soportes pero la esencia se mantiene y el cartel sigue siendo una fórmula efectiva.
Uno de los retos que se plantea el libro al principio y que consigue holgadamente es huir del eurocentrismo, pretende cubrir la evolución del cartel en Europa pero también volviendo la mirada hacia el continente asiático y al continente americano.
Los primeros cuatro capítulos son dedicados a un repaso histórico, el quinto aborda el cartel en América y Asia, para luego pasar, a partir del capítulo sexto, a desarrollar el tema con una visión más global. Se habla del cartel cinematográfico, del cartel turístico y, por supuesto, del cartel político y su papel tan importante en los acontecimientos del siglo XX. El noveno capítulo habla del cartel y su posicionamiento en la era de la televisión, el décimo aborda las dificultades y oportunidades que ha supuesto el imperio del diseño para el mundo del cartel. El libro cierra con un breve apartado sobre la situación del cartel en el siglo XXI y su proyección futura.
Es importante destacar que, además del lenguaje tan dinámico que mencionamos antes, el libro se presenta de una forma muy ágil, con capítulos breves que consiguen abarcar en pocas palabras un gran contenido. Aunque parezca superficial, me gustaría terminar esta reseña destacando el atractivo diseño del libro, con una estética original y diferente además de un acabado físico por demás atractivo. [subir]
Rosalba Mancinas-Chávez
Universidad de Sevilla
MECANISMOS ESTRATÉGICOS EN LA PUBLICIDAD MODERNA
Fernández, Jorge David (2014). Mecanismos estratégicos en publicidad: de la USP a las Lovemarks. Advook Editorial.
El libro empieza con la advertencia de Javier Suso, Director General de VCCP Spain, de que el lector tiene entre sus manos un “ladrillo”. Con un juego de palabras entre la típica alusión despectiva a esas obras académicas tipo manuales y el concepto de ladrillo como una pieza imprescindible en la construcción, Javier Suso recomienda ampliamente la obra de Jorge David Fernández como una obra de cabecera para estudiosos de la publicidad y profesionales del sector.
El primer gran acierto del libro es el estudio introductorio; en una decena de páginas nos deja claro el contenido de la obra y nos invita a recorrer los capítulos uno por uno, sabiendo el orden en que serán abordados los diferentes mecanismos estratégicos en publicidad que se han seleccionado para formar parte del contenido.
Términos como publicidad, comunicación comercial, comunicación corporativa, marketing, branding, pero sobre todo estrategia publicitaria, son usados de forma recurrente en el desarrollo del libro. Se trata de un recorrido por los mecanismos estratégicos más importantes, según el criterio del autor, en la historia de la publicidad moderna.
El autor advierte que el término “mecanismos”, es un nuevo concepto en la jerga publicitaria, que se puede encontrar enunciado en otras obras y otros autores como “filosofías”, “métodos”, “técnicas”, “pensamientos”, “procedimientos”, “modelos”, “eras”. Jorge David Fernández considera que la palabra “mecanismos” es más adecuada para hacer referencia al concepto estratégico que se está estudiando.
Después de esa amplia base que encontramos en el mencionado estudio introductorio, la obra se divide en siete capítulos, que abordan cada uno de ellos, uno de los mecanismos seleccionados. La secuencia no obedece solamente a un orden cronológico, toma como punto de partida los tres grandes paradigmas que existen: branding de producto, branding de personalidad y branding de consumidor.
Es una obra que no niega su pretensión exhaustiva y su vocación analítica. Aborda en profundidad cada planteamiento estratégico y todos los aspectos vinculados a su concepción y formulación. Afirma de manera rotunda que no pretende eludir el debate y la reflexión, al contrario, se plantea como una aportación crítica que cuestiona verdades asumidas en el ámbito de la publicidad.
Mecanismos estratégicos en publicidad: de la USP a las Lovemarks es una aportación más de un joven profesor universitario, con amplia experiencia en el ámbito profesional, que conjuga con bastante habilidad el quehacer en la empresa de publicidad con la vocación académica. Un autor que promete convertirse pronto en referencia para los estudiosos y profesionales del sector. [subir]
Rosalba Mancinas-Chávez
Universidad de Sevilla